Hace años, en una reunión con “autoridades” de Renfe y de ADIF, donde les planteamos establecer rutas para trenes-clientes donde los distribuidores nos encargábamos de llenar los trenes, y ellos de poner cabeza tractora y su infraestructura ferroviaria, tras varias horas donde todo lo que nos pusieron fueron pegas, terminé por preguntar cuándo representaba el transporte de mercancías en los presupuestos de inversión de su empresa y me confesaron que no llegaba al 3%.
Cuando ya me quedé sin argumentos intentando darles negocio, la reunión terminó cuando nos regalaron una frase lapidaria “el transporte de mercancía en tren, no da votos”.
Después de muchos años y varios gobiernos, que han despilfarrado billones de los que pagábamos con nuestros impuestos, la situación sigue igual.
España está, en esto también, como el vagón de cola del transporte ferroviario de mercancías. No llegamos ni al 4% del volumen transportado, cuando Europa está en una media del 18%. El resto lo hacemos por carretera, lo digo por si alguno se creía, que ese porcentaje tan ridículo es porque el resto ya iba en dron.
Si has tenido la oportunidad de visitar países europeos del primer mundo, donde el transporte ferroviario de mercancías representa porcentajes del 20 al 70% habrás tenido la oportunidad de ver camiones sobre trenes, o apeaderos de tren dentro de los centros de distribución de distribuidores, algo que, si te lo cuenta aquí, y no lo has visto, te parecería una fantasía.
“En España, el transporte de mercancías por ferrocarril, lo tenemos en vía muerta”
Si sabemos que las emisiones de CO2 por tonelada transportada en tren son muy inferiores a las transportadas en camión, sabemos que tenemos un problema adicional de nuestro ancho de vías respecto al estándar europeo, sabemos que el ferrocarril es complemento del transporte por carretera, como lo demuestran nuestros vecinos europeos, sabemos que ayuda a agilizar el tráfico por carretera y evita muchos accidentes de tráfico, sabemos que somos un país periférico que estamos penalizados por estar lejos de nuestros clientes.
¿Por qué seguimos siendo el vagón de cola? ¿De verdad es porque lo que viaja en los trenes de mercancía no vota?
Tenemos una última oportunidad de no quedarnos en los enunciados y promesas vacías, como les gusta hacer a los políticos. Europa ha hecho un despliegue de ayudas, como nunca en la historia, y estas ayudas van dirigidas a la eficiencia y competitividad demostrable y justificable, para desgracia de los amigos de los chiringuitos.
España se la juega al subirse a este tren e invertir en lo que genera riqueza, comercio y trabajo, es decir las infraestructuras para que nuestro transporte de mercancías por ferrocarril esté en el lugar de un país del primer mundo. Hace muchos que en España estamos reclamando el corredor mediterráneo, ¿va a ser esta la de verdad? No podemos permitirnos seguir siendo el vagón de cola y mucho menos perder este tren.
Autor: Jose Ramón Illán, cofundador de RALOG – Red de Ayuda Logística
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