En los últimos años estamos reinventando conceptos, como: resiliencia, sostenibilidad, reutilizar, etc. Digo reinventar porque, por ejemplo, si hablamos de reutilizar y reciclar como los nuevos paradigmas de la sostenibilidad modernista, me acuerdo de mi abuela cuando, con las sobras del cocido, hacía “ropa vieja”, o cuando te paseas por el campo, y ves bañeras usadas como bebederos para los animales.
Somos los de siempre con “nuevos” nombres. Quienes llevan toda la vida reutilizando, antes de que inventaran la palabreja, si les dijéramos que son los nuevos paradigmas, nos mandarían a ese sitio de cuyo nombre no quiero acordarme.
Gracias a las distintas olas de la pandemia, como la verdad es tozuda, nos hemos dado cuenta que no es sostenible algo que hemos hecho y permitido todos, y es la deslocalización de nuestra industria, llevándola a países en vías de desarrollo, porque la mano de obra era más barata, porque podían explotar a los trabajadores, porque así evitamos que vengan inmigrantes, etc.
Como la verdad es tozuda, por jugar a corto plazo, preferimos la vergüenza y, taparnos los ojos, a ver que eso no era sostenible y al final, parafraseando a Churchill, Nos dieron a elegir entre el deshonor y la guerra y ahora tenemos el deshonor y la guerra. Hoy estamos pillados y dependemos de fábricas que están a miles de kilómetros y de cadenas de suministro escandalosamente largas y con altísimos riesgos, léase, piratas, atascos de canales, subida de los fletes, escasez de contenedores, oligopolio de navieras, puertos cerrados….
Como dicen en mi tierra “si éramos pocos parió la abuela” Gracias a Putín, nos hemos caído también del parral y ver que cedimos la obtención de materias primas, en combustibles y alimentos, y ahora estamos pillados de nuevo por otro sitio. Ahora aparece una nueva palabreja, PROXIMIDAD.
Los grandes gurús en cadena de suministro hacen cada día sus sentencias y hemos descubierto que esto no es sostenible, “válgame el Señor”, que tenemos que volver a producir cerca de donde consumimos para no estar en una situación de emergencia y dependencia, que, cuando tienes que comprar, no es la mejor posición, y esto creo que no es necesario explicarlo.
Volviendo al paisano que pone la bañera que quitó de su casa, para que beban las vacas, tiene su mini huerto y sus gallinas vecinas a su vivienda, a este señor explícale tú lo de cadenas de suministro más cortas o tener industrias estratégicas, como los microchips, en zonas próximas. Si no se ríe en tu cara…
Voy a abrir otra vía de discusión y es la proximidad en los distribuidores, algunas grandes cadenas líderes, están cerrando tiendas de proximidad y yendo a tiendas más grandes y cómodas para ir en coche y dejando al cliente de proximidad huérfano. Recomiendo que alguien hable con esos clientes abandonados, te dicen de todo menos guapo. Gracias a Dios, hasta empresas cuyos formatos son de hipermercados, se han dado cuenta de esto y están abriendo tienda de ultra proximidad. Creo que abrir tiendas alejadas, priorizando en el aparcamiento cómodo, es conducir mirando el espejo retrovisor, con el precio de los combustibles, la mayor edad de la población y las familias más pequeñas, la proximidad es el formato de tienda más sostenible en el futuro, me mojo y dejo mi visualización. Prueba de ello es ver quien ha salido reforzado tras el primer encierro por el Covid, pequeños comercios tradicionales y cadenas locales. Nos debería hacer reflexionar.
Otro tema más grave aún es en la España vaciada, ahí van desapareciendo las tradicionales tiendas del pueblo, y a la lejanía les añadimos el abandono. Afortunadamente hay algunas buenas ideas como los supermercados automatizados “anti-despoblación” para paliar esta situación de abandono.
Espero que los que no han visto la PROXIMIDAD, en algún momento piensen en que SOSTENIBILIDAD = PROXIMIDAD.
Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG.
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Varios temas cada uno de los cuales daría lugar a un monográfico/ coleccionable
Creo que los españoles (gobierno, empresas y particulares) somos de los que tropezamos “n veces” en la misma piedra
Habrá que esperar a que algún “gurú” publique nueva teoría, a poder ser con muchos anglicismos, para que nos advierta de lo que ya ha pasado