Esta mañana iba conduciendo, con mi hijo Roberto, por un polígono industrial y hemos visto un carro tirado por dos burros. Detrás del carro iban dos tráileres, a la velocidad del carro y los conductores, con estoica paciencia no hacían sonar la bocina. Era una imagen entre poética y anacrónica. A Roberto le ha llamado mucho la atención y antes de que le diera la risa, me he puesto solemne, y le he dicho que ese carro es el precursor de los dos camiones que iban detrás. Luego me he quedado pensando, debo confesar que espero que, además de precursor, no sea el futuro.
Hace muuuuuuuucho tiempo que venimos comentando la que se nos cae encima con la anunciada prohibición de ventas de vehículos, con motores a combustión, en Europa, los planes de descarbonización de la Europa rica y la falta de soluciones para llegar a las metas que algunos nos han impuesto.
No os voy a hacer perder el tiempo con el agravante que además tenemos en España, con Sánchez, sólo preocupado por mantenerse en el trono, por lo demás pocas novedades, y las pocas, no son precisamente buenas.
Vamos a terminar otro año y no puedo decir que sigamos igual, sino peor, no avanzamos en solucionar el problema, y los plazos sí que corren. Los que trabajamos en empresas del mundo real, sabemos que cuando haces la previsión total anual, luego la divides entre los 12 meses y así tienes previsiones mensuales. Conforme avanzan los meses tienes resultados reales y previsiones de los siguientes meses, y si a fecha del mes X, donde hacemos control, las cosas no van, te toca correr más los siguientes meses y mejorar la previsión que había, para recuperar lo perdido, si no, no obtendremos los resultados y alguien nos “cortará” la cabeza.
Pues aquí debería pasar algo parecido, el tiempo pasa y ¿cómo vamos?
Los listos que aprobaron la agenda 2030 y sus objetivos no pensaron en qué habría que hacer para llegar, aparte de llevar el pin sectario en la solapa.
Tenemos el objetivo de alcanzar el 45% de descarbonización y a fecha de hoy seguimos estando a la cola, en el uso del tren para el transporte de mercancías, con un ridículo 5% de cuota de transporte ferroviario y cayendo. El eterno corredor mediterráneo, es sólo otro ejemplo, de proyectos en vía muerta.
Si Usted es usuario, como un servidor, de un coche eléctrico o hibrido enchufable, habrá notado, en sus propias carnes, que en España apenas hay puntos de carga y en los pocos que hay, le obligan a descargarse miles de aplicaciones, que, una vez hecho, sirven para comprobar que no funciona. En el mejor de los casos, las plazas para vehículos enchufables hacen de plaza de aparcamiento privilegiada.
El apartado de puntos de recarga para camiones de larga distancia es mucho peor, en España no tenemos NI UNO. No hay un solo punto de recarga de más de 350 kW. Es indignante que este gobierno se haya comprometido con un objetivo y no esté haciendo nada para conseguirlo.
Si alguna vez hubiera puntos de recarga para vehículos de transporte de larga distancia, ¿de dónde sacaremos la electricidad para ellos y a qué precio?
Algunos lumbreras, del pin agenda 2030 en la solapa, pensarán que en RALOG somos alarmistas porque la solución está en los vehículos de Hidrógeno verde, y sí que creo que puede llegar a serla, pero ¡Oh cielos! ¿cuál es la situación en España? Pues no tenemos hidrogeneras, por no mentir, tenemos nada más, y nada menos, que 2 abiertas al público. Es decir, si tienes un vehículo de hidrógeno puedes pasar el día, yendo a repostar, volviendo a saludar a la mascota, y regresando a repostar.
Las compañías, que las quieren instalar, nos piden que compremos vehículos de hidrógeno y será rentable instalarlas; pero si compras un vehículo de hidrógeno, hasta que no haya hidrogeneras no puedes repostarlo, esto es la pescadilla que se muerde la cola y ahí estamos, como siempre en el vagón de cola.
Supongamos que soy un inconsciente, como si fuera un ministra/e/i/o/u cualquiera, y decido comprar un camión de hidrógeno, y aunque no hay donde repostar, me tiro a la piscina. Al tratarse de una nueva tecnología tiene todas las dudas que nos podemos imaginar: repuestos, averías, mantenimiento….¿qué tal el precio? Pues sobre 5 veces más caro que uno diésel. Amigo responsable de logística ve a tu jefe, o a tu cliente, y presenta un presupuesto con ello, seguramente te mande a hacer puñetas, cerca de la hidrogenera más próxima.
Terminamos otro año, queda uno menos para el 2030 y por desgracia nada nuevo bajo el sol, SEGUIMOS, PERO PEOR. Estoy por pediros que nos declaremos independentistas catalanes y así nos solucionen el problema en una semana.
Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG
No responses yet