No hace mucho hablaba con una compañera sobre la evolución de los objetivos de las empresas, desde que aquella definición que todos hemos escuchado en algún momento en nuestra época universitaria: “Ganar dinero”. Sin duda, la sostenibilidad económica sigue siendo el fin último por el que se mueve la actividad empresarial. Sin embargo, en la actualidad, la consecución de este objetivo se basa más que nunca en factores influidos por valores ambientales, sociales y de gobierno.
El concepto de inversión sostenible, haciendo referencia a una filosofía de inversión ética, llegó para quedarse a finales de los años 60. Su progreso ha sido meteórico hasta el punto de que, en la actualidad, es vital para cualquier compañía cumplir con una serie de parámetros sostenibles a la hora de invertir. Son los llamados “ESG essentials”, o criterios ESG.
¿Cuáles son esos criterios y por qué son tan importantes? De eso es de lo que vamos a hablar en este artículo.
Para conocer el origen de las inversiones éticas, tenemos que retroceder a principios de los 70s, en pleno conflicto entre USA y Vietnam. Esta guerra provocó una ola de protestas universitarias por todo Estados Unidos. Los jóvenes estudiantes exigían a sus universidades y a sus patrocinadores, que acabaran con sus inversiones en empresas militares. Emerge en este momento en la sociedad el interés por la búsqueda de inversiones éticas.
A final de la década de los 90, el progreso de la inversión sostenible era un factor muy poderoso en la empresa, lo que provoca la creación del Dow Jones Sustainability Index. El primer índice global que introduce criterios de sostenibilidad. Poco después, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio otro gran paso con la puesta en marcha de los Principios Para la Inversión Responsable, basados sus premisas para tener en cuenta los efectos de la sostenibilidad a la hora de decidir inversiones. El concepto de inversión sostenible o responsable había llegado para quedarse.
La evolución de los criterios de una inversión para ser considerada responsable influye sobremanera en las decisiones de las compañías. Debe asegurar unos criterios ambientales, sociales y de gobernanza, los llamados criterios ESG, por sus siglas en inglés. Y para las empresas, es clave actuar en función de ellos, pues de este modo logran una mayor rentabilidad y compromiso con la sociedad.
Los criterios ESG abarcan los siguientes aspectos:
- El factor ambiental (E), para tomar decisiones en función de cómo afectan las actividades de las empresas en el medio ambiente.
- El factor social (S), para tener en cuenta la repercusión que tienen en la comunidad las actividades desempeñadas por la compañía, por ejemplo, en términos de diversidad, derechos humanos o cuidados sanitarios.
- Y el factor de gobierno (G), que estudia el impacto que tienen los propios accionistas y la administración, y se basa en cuestiones como la estructura de los consejos de administración, los derechos de los accionistas o la transparencia, entre otros.
Estos criterios se erigen como verdaderos indicadores de calidad de la empresa, pues aseguran decisiones coherentes a la hora de realizar una inversión responsable, ética y comprometida con la sociedad.
Pero, ¿cómo influyen estos criterios? Una vez que se han adquirido suficientes datos sobre estas tres métricas, se pueden integrar en el proceso de inversión al decidir qué acciones comprar o decisiones tomar para una mejor indexación.
Los factores ambientales (E), incluyen la contribución que hace la empresa al cambio climático a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, la gestión de residuos y la eficiencia energética. Por ello, un mayor esfuerzo para combatir estos efectos, la reducción de huella de carbono o la descarbonización, se vuelven más importantes y decisivos para una mejor posición en el mercado.
Los aspectos sociales (S), incluyen los derechos humanos, las normas laborales en la cadena de suministro, cualquier exposición al trabajo infantil ilegal y cuestiones más rutinarias, como el cumplimiento de la salud y la seguridad en el lugar de trabajo. La puntuación aumenta si una empresa está bien integrada con su comunidad local y, por lo tanto, tiene el “beneplácito” de su entorno para operar.
La gobernanza (G), se refiere a un conjunto de reglas o principios que definen derechos, responsabilidades y expectativas entre las diferentes partes interesadas en dirección y gestión de las empresas. Se puede utilizar un sistema de gobierno corporativo bien definido para equilibrar o alinear los intereses entre las partes y ser la herramienta que asegura la estrategia a largo plazo de una empresa.
La Unión Europea también se ha involucrado en asegurar la calidad de las inversiones de la empresa en su ámbito de influencia. Así, a partir del 10 de marzo de 2021, el Reglamento (UE) 2019/2088 pretende que los participantes en los mercados financieros sean transparentes al comunicar al mercado financiero en general y a sus inversores finales en particular en qué medida han tomado en consideración los objetivos ESG.
Como parte de la compañía en la que trabajamos, debemos ser conscientes de la importancia de los criterios ESG por los que se toman las decisiones, y exigir que profundicen en ellos para ser cada día más sostenibles en todos sus aspectos.
Más información: https://espanol.spindices.com/indices/equity/dow-jones-sustainability-world-index
Autor: Roberto Aguado, secretario general de RALOG – Red Ayuda Logística
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