Hace mucho tiempo que venimos comentando la que se nos cae encima con la anunciada prohibición de ventas de vehículos, con motores a combustión, en Europa.
En España, aparte de los anunció vacíos del inefable Sánchez, poco nuevo bajo el sol.
No hubo sorpresas, y el parlamento europeo, aprobó el pasado día de los enamorados, 14 de febrero para los que no lo estamos, la prohibición de vender coches nuevos con motores de gasolina, diésel e híbridos, a partir del año 2035.
A Dios gracias, mantienen que hasta el año 2050 podrán circular los que se hayan comprado con anterioridad. Es decir, te compras un coche, pongamos híbrido, en diciembre de 2035 y puedes usarlo, como máximo, hasta diciembre de 2050, donde directamente lo tirarás a desguace.
Se han establecido algunas excepciones a la prohibición, como que los fabricantes de superdeportivos sigan vendiéndolos, la llamada “enmienda Ferrari” que permite que sigan comercializándose con normalidad, aquellas marcas que no sacan al mercado más de 10 mil vehículos al año, Es decir los ricos podrán seguir comprando motores de gasolina V12 mientras los no ricos vamos con nuestra triste pila, avisándonos de que nos quedan pocos kilómetros. para quedarnos tirados y tendremos que enchufar el vehículo 12 horas para poder seguir el viaje. Imagino que esta enmienda, le ha debido suponer un buen regalo a más de uno. Esta excepción, del todo incoherente, deja abierta la puerta a hacer malabarismos.
En cualquier caso, nos quedan menos de 12 años y, como venimos denunciando reiteradamente, hay demasiadas cuestiones vitales sin aclarar, y ya sabemos “tempusfugit”.
En España, el sector de automoción representa más del 10 % de PIB y el 20% de las exportaciones. Somos un país que pasó de ser la séptima economía mundial, en 1978, al puesto 16, una vez que nuestros hermanos mejicanos nos han superado y, seguimos en caída libre. En fabricación de coches, de ser una gran potencia mundial, ya hemos caído al 9º puesto, al ser superados por Brasil, y también seguimos cayendo.
Como estamos en un país, donde a nuestros políticos sólo, sólo les interesa la poltrona y los privilegios inherentes, han votado a favor de liquidar el actual sistema de automoción y no se han preocupado de buscar alternativa. Nuestros políticos saben que dentro de 12 años no estarán aquí, así que, el que quede, que reme ¿Perderemos también este sector industrial, como nos pasó con otros?
Todos los días vemos anuncios de fabricantes de automóviles, avisando de despidos masivos en Europa. Estamos en riesgo de perder ese 10% de la economía y 20% de las exportaciones.
Tenemos menos de un 3% de coches eléctricos y el número de los puntos de carga es ridículo, con casi 30 millones de vehículos y apenas 16.000 puntos de carga ¿Dónde vamos? Contando lo que tarda en cargarse un vehículo 100% eléctrico, vamos a necesitar casi tantos puntos de recarga como vehículos. En 2022 se han instalado unos 3150 puntos de recarga nuevos, o sea que, a este ritmo, en los próximos 12 años, van a haber tortas por enchufar el coche. No digamos encontrar un punto de carga, y que funcione, en la España vaciada.
Con el 100% de los coches eléctricos, ¿de dónde sacaremos la energía para abastecerlos? ¿A qué precio? ¿Seguiremos importando gas?, ¿De dónde?, ¿A qué precio? ¿A qué precio se venderá la gasolina y el diésel conforme se vayan reduciendo los coches de combustión interna?, ¿Qué va a pasar con las fábricas actuales? ¿Qué va a pasar con los motores de hidrógeno? ¿Dónde irán a parar las baterías viejas?…
Sigue habiendo un sinfín de preguntas, cuál de ellas más grave e importante y estamos a menos de 12 años de la prohibición y sin alternativas. No hay plan, no hay previsión. Como siempre llegamos tarde y el gobierno que preside el anunciante que duerme en la Moncloa, no tiene una visión de destino y ni una ruta trazada, y lo que es peor, ni se les espera.
Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG.
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