Hace unos días hablábamos del día de la marmota en referencia a las insostenibles cadenas logísticas, que salen a la luz cada vez que hay lio en la zona del Mar Rojo. No me negarás que, de nuevo, te sientes como en el día de la marmota, cuando ves a los agricultores franceses cabreados y les da, entre otras burradas, por asaltar los camiones que entran con productos agrícolas desde España.
Algún imbécil del gobierno que nos ha tocado en desgracia, aconseja a las organizaciones de transporte que eviten cruzar la frontera francesa para ir a Europa, además de inepto se ve que no estudió geografía.
Otra vez los agricultores estallan por la ruina a la que se ven abocados y por la competencia desleal que, tanto las autoridades europeas como algunos distribuidores hacen con ellos, y detrás de los agricultores vecinos irán los de aquí.
Es triste pero ¿Tenemos que acabar en huelgas de agricultores, pescadores, transportistas… para escucharlos?
En estos días, vuelve también la marmota, de los comentarios demagogos del gobierno haciendo referencia a lo que se le paga al agricultor y al precio que se vende sus productos en los supermercados, los manipuladores usan falsos sofismas para acabar buscando un tonto al que hacer responsable. Se pagan los limones a 20 céntimos en campo y los pagamos a 1,5€ en tienda, conclusión, los tenderos son unos ladrones. Creen que nuestra cabeza está llena de aire y nos tragamos sus razonamientos trileros, parten de un razonamiento falso para llegar a falsas conclusiones.
Quien desconoce la cadena de suministro desconoce que esos limones tienen que ir a una central donde son seleccionados, por personal que la mitad de sus gastos son impuestos, tratados con productos que han visto multiplicado su coste, embolsados, encajados y paletizados con envases que han visto incrementado el coste por el impuesto de plástico, enfriados a un precio de electricidad que se ha doblado, transportados con un gasoil a precio de oro, de nuevo manipulado en un almacén de distribuidor, transportados a la tienda, repuestos en el lineal, y cobrados en las cajas. En cada uno de esos pasos, y hemos puesto una cadena sencilla, hay materiales, energía y personas que han visto incrementados sus costes, en unas cantidades insostenibles y, en las que el único que gana, siempre, es el gobierno con sus impuestos.
Por utilizar un ejemplo simple, es como si el agua de un manantial, que es gratis, pretendiéramos cobrarla gratis en una tienda y cuando en la tienda te cobran 1€ por botella dijéramos que el tendero es el causante, es el ladrón. Piensa en la cadena de logística de esa agua desde que salió del manantial, donde era gratis. Piensa otro ejemplo simple, el incremento de coste del pescado desde que sale del mar que es gratis, cuesta la manipulación, desde la pesca, hasta que sale por la caja registradora. En el caso de los productos agrícolas es más grave porque estos, sí tienen un coste muy elevado desde las semillas, abonos, cultivo y recolección.
Llegado a este punto, no es cuestión de reventar a impuestos a los que trabajamos en la cadena de suministro y luego, culpar al tendero, es cuestión de hacer la cadena sostenible, y eso pasa porque todos cubramos costes y ganemos dinero, no sólo el gobierno. No sé si el sistema es poner observatorios de costes y respetarlo, volver a poner precios fijos y respetarlos, o tener una Ley Egalim, para cada uno de los eslabones de la cadena de suministro, y respetarla. Lo que sí tengo claro es que asfixiar a impuestos a los sectores que participamos en la cadena de suministro, especialmente a los menos fuertes, y esperar a que periódicamente estallen, para correr y prometer todo lo que luego no se va a cumplir, no es sostenible y nosotros abogamos por una cadena sostenible económica y temporalmente y no tener que estar sufriendo OTRA VEZ HUELGA.
Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG.
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