Reza un viejo dicho popular que “no hay que echarle dinero bueno al malo”. Seguramente, quien pensó eso, por primera vez, creería que no es sostenible coger dinero bueno, dinero ganado produciendo y que era para producir, y acabe gastado, donde no produce.

Una de las guías en mi vida es la parábola de los talentos Mateo 25:14-30. No la voy a reproducir aquí, te invito a que la leas y la reflexiones con detenimiento. En ella también se recoge que al que no multiplica sus talentos, se le quitará lo que tiene y se le dará al que sabe aumentarlos.

España está endeudada hasta el tuétano y ahora estamos disparando esa deuda, como si no hubiera un mañana. Deuda que, por cierto, vamos a pagar todos los que trabajemos.

Todavía hay gente que cree que el dinero público es como el del monopoly, es de juguete y no vale nada. Como por ejemplo la vicepresidenta Calvo cuando dice que “estamos manejado dinero público y el dinero público no es de nadie”. Si alguno de nuestros gobernantes hubiera trabajado en una empresa privada, de las que general el dinero, habría aprendido que sí tiene valor y que sí cuesta ganarlo.

Por si esto fuera poco, a España va a venir desde Europa otros CIENTO CUARENTA MIL MILLONES DE EUROS (140.000.000.000 €).

¿Qué harán los gobernantes con esta nueva remesa de dinero? Dinero que se añadirá a la insostenible deuda pública actual, y que acabarán pagando, no sólo nosotros, sino que llegará hasta nuestros tataranietos. ¿echarán dinero bueno al bueno, o ¿echarán dinero bueno al malo? ¿Servirá para dar paguitas y tener votos cautivos o servirá para generar riqueza? ¿Servirá para crear y mantener más chiringuitos o servirá para modernizar este país?

Estoy en contra de pagar a personas que no trabajan, creo que es denigrante para el ser humano y, contribuye a crear parias, además de no ser sostenible.

Siempre escuchamos en la calle, que los que cobran del paro podían ayudar, como hacen en países inteligentes, limpiando bosques, para evitar incendios, ayudando en los pasos de peatones, ayudando a la comunidad con las personas dependientes, haciendo de rastreadores, ahora que es vital, repartiendo productos de higiene y protección en la pandemia, etc.

Hay miles de actividades que la comunidad necesita y donde las personas pueden sentirse dignas realizando un trabajo y recibiendo un sueldo digno por ello, no una limosna, con total orgullo.

Además de lo anterior, donde cada uno debemos contribuir, a nivel logístico somos un país periférico, con toda la desventaja que ello supone, que encima, está a la cola en el transporte ferroviario de mercancías, sólo tenemos que compararnos con Alemania.

Somos un país que estamos a la cola en investigación y desarrollo de vehículos más eficientes, los megatrailer y duotrailer son rara avis, que estamos a la cola en red de electrificación para vehículos híbridos y eléctricos, que estamos a la cola en almacenes sin sobreesfuerzo, que estamos a la cola en formación y preparación de conductores, que estamos a la cola en red de distribución de combustibles sostenibles, etc. etc. ¿Algo del dinero bueno lo van a echar a los buenos?

Autor: José Ramón Illán, vocal en RALOG – Red de Ayuda Logística