Hace muchos años que vengo impulsando la necesidad de mecanizar los sobreesfuerzos en logística, es una obligación de los que desempeñamos puestos de directivos en este sector, nosotros lo llamábamos dignificar el puesto de trabajo.
En 2004 tuve la extraordinaria oportunidad de dirigir un gran equipo que buscamos, estudiamos, desarrollamos y pusimos en marcha del primer almacén donde las máquinas hacen de preparadores y donde el preparador, del siglo XXI, es una persona que cuida las máquinas. La persona usa su cerebro y las máquinas la fuerza bruta. Suena a película de ciencia ficción; pero ya es una realidad desde hace mucho. Gracias a Mercadona y a Witron, el almacén que denominamos siglo XXI, está funcionando desde hace casi 20 años. En España, no es el único, Condis tiene en funcionamiento uno similar también desde hace años.
Recuerdo que muchos colegas que visitaron ese almacén pionero decían que eso sólo lo podía hacer una empresa que gestiona su propia logística. Los logísticos llevamos años debatiendo sobre este tema y siempre llegamos a una conclusión similar, un operador no puede abordar este tipo de inversiones cuando su cliente lo sortea, en un tender, cada año, y así, seguimos tirando inmigrantes que, al paso que vamos, tendremos que ir a marte a por ellos, porque lo ciudadanos de este planeta, siguen sin ver futuro en el puesto de peón de almacén, aunque le llamemos picker.
Para poder llevar a cabo este cambio es necesario, además de mucho trabajo, cambiar los paradigmas, respecto de las personas y respecto de la relación entre cliente y proveedor.
Hace unos días he leído dos noticias, en un mismo día, que son la cal y la arena del día. Mahou e ID Logistics ponen en funcionamiento un sistema donde los robots eliminan el sobre esfuerzo de los preparadores y otra noticia donde comentaba la dramática carencia de trabajadores que tenemos en Europa y las negras oscuras perfectivas de los próximos años: envejecimiento de la población y relación pensionistas trabajadores totalmente insostenible.
En logística tenemos una larga experiencia de que nadie quiere hacer el trabajo de “tirar de bultos”. Como digo, hay esperanza, no solo en aquellas empresas que han cambiado el paradigma y han apostado por eliminar el sobreesfuerzo de sus propios trabajadores, sino también en aquellos operadores y clientes que también han cambiado los paradigmas, en este caso dos: uno, el comentado anteriormente de apostar por dignificar el puesto de trabajo y el segundo, tan importante como el anterior, es querer tener acuerdos a largo plazo.
Cuando hablamos de abordar este tipo de desarrollos, necesitamos relaciones a largo plazo.
Enhorabuena a ambas compañías y esperemos que los pocos ejemplos que hay, sirvan de guía para los demás. Hay esperanza.
Como dije en el artículo anterior, cuando tratamos este tema, creo firmemente que mecanizar el sobresfuerzo, cuando hay soluciones para ello, no SÓLO debe ser un tema de costes, debe ser un tema de principios. Eliminar el sobreesfuerzo en logística es algo que nos permitirá seguir existiendo como sector, con pocos trabajadores y cada vez más mayores, o aplicamos las soluciones que hay o, como decía un profesor, esto cae por la fuerza de la gravedad o por su propio peso.
Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG.
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