Hace ya algunos años escribí acerca de los mandos intermedios, para mí son los sargentos de hierro de cualquier organización, pero especialmente de las empresas de servicios logísticos porque son ellos, los supervisores de la primera línea de fuego, los que realmente conducen el negocio.
Con el paso del tiempo y las crisis, los mandos intermedios no solo se han tenido que formar y capacitar, sino adaptar su punto de vista acerca de la supervisión de sus empleados directos, pues ser supervisor y estar en primera línea es sin duda una de las posiciones más gratificantes y emocionantes que cualquier logístico puede experimentar, pero también puede ser la peor experiencia, angustiosa y desmoralizante, si no se gestiona bien tanto por la organización como por uno mismo.
A medida que los tiempos cambian y los recursos se vuelven escasos los mandos intermedios tiene que adaptarse para cambiar y perfeccionar su enfoque para la retención y capacitación de los empleados bajo su mando.
“La primera línea de supervisión es la línea de fuego, de las empresas de servicios logísticas”
En las organizaciones modernas, los mandos intermedios son una parte esencial del éxito de la empresa. Ellos cumplen la doble función: mantener las relaciones tanto con sus subordinados como con sus jefes, apoyando a sus equipos con capacitación, orientación y mentorías. En resumen, el mando intermedio necesitar ser un líder. Para ello es fundamental que los mandos intermedios se sientan por sus jefes directos para recibir el apoyo que necesitan en las operaciones diarias.
Con frecuencia observamos en las organizaciones los efectos de un círculo vicioso: Los mandos intermedios, están sin capacitación, confianza y empoderamiento, siendo infrautilizados. Al mismo tiempo vemos en la dirección ejecutiva con una visión errónea, al no considerar a los mandos intermedios críticos para él éxito en los resultados, es más, los consideran innecesarios para el éxito de la organización, con lo que crean un grave problemas
¿Por qué necesitan de este apoyo?, porque vemos que el papel de los mandos intermedios está cambiando. Antes solo gestionaban las operaciones con sus equipos, completaban los proyectos a tiempo y dentro del presupuesto, es decir bastaba con: “business as usual”.
Pero con el tiempo esto cambió y los mandos intermedios se enfocaron más en lo que realmente el mercado demanda, “en la retención y capacitación de los empleados bajo su mando” y esto es el verdadero desafío de hoy, dado que los mandos intermedios también se enfrentan a sus propias necesidades de aprendizaje, no solo en habilidades sino en capacidades diferenciadoras, pasando de ser expertos profesionales a lideres influyentes, para atender al propio cambio del trabajo, de la cultura de los empleados y de la organización.
Como resultado de estos cambios en el lugar de trabajo, los mandos intermedios ahora son responsables de algo más que mantener las operaciones abiertas y funcionando sin problemas. Ahora también son responsables de ayudar a la organización de alcanzar los objetivos fijados a través de distintas iniciativas como la gestión de la inclusión y la diversidad, facilitar la capacitación de sus empleados y lograr mayor compromiso en la rotación de los puestos de trabajado para tener una fuerza laboral más hábil y competente.
Los mandos intermedios tienen ahora, un gran impacto en la retención y compromiso de los profesionales logísticos, pero solo si ellos mismos están comprometidos con la organización y esto no es lo que nos dicen los expertos a través de las distintas encuestas de clima laboral.
Las nuevas generaciones (Millennial y Z), se convierten rápidamente en las generaciones dominantes en los puestos de trabajo de las organizaciones, y necesitan, a diferencia de las generaciones senior, algo más que el paquete retributivo (salario y beneficios), quieren un entorno en el que puedan aprender y desarrollar habilidades y competencias en orden con sus valores.
Quieren una cultura de apoyo, que requiere mandos intermedios que tengan y den paciencia, apoyo emocional, capacitación, entrenamiento y tiempo de juego, por ello el mando intermedio cada vez juega un papel crucial en el compromiso y retención de los empleados.
Esto lo hemos visto y comprobado durante la Gran Renuncia, los empleados se van de las organizaciones por las formas de la dirección, no por las empresas.
De aquí, no descuidar su activo principal. Los mandos intermedios son la clave para ganar la guerra por el talento, y los requerimos con confianza, grandes habilidades y competencias y formados en el compromiso para retener a los mejores.
Acerca del Autor
José Luis Galiana, es logístico y fundador de RALOG – Red de Ayuda Logística
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