El gobierno acaba de aprobar un anteproyecto de Ley contra el desperdicio alimentario. Otra ley de carácter ideológica que busca recaudar, vía sanciones, con multas de hasta medio millón de euros. Como siempre, el documento no tiene desperdicio, está elaborado por alguien que no tiene la más mínima idea de lo que es la cadena de distribución de alimentos y no sabe los conceptos básicos de gestión de una empresa.
¿Alguien con la más mínima noción empresarial se puede pensar que un supermercado, un restaurante o en cualquier negocio tiramos comida o cualquier cosa? En las empresas hay un mismo concepto, con distintos nombres como: desperdicio, basura, merma, pérdidas de escandallo, etc. la empresa, desde su creación está trabajando con todos los medios que puede, tanto fabricantes como distribuidores, para eliminarlo. Siempre que visito una fábrica o un distribuidor, hablamos de ello y comparamos datos y acciones.
El gobierno dice que con ello “pretende luchar contra el despilfarro”. Es indignante, que te hablen, ellos, precisamente ellos, de despilfarro.
Bueno, veamos algunos aspectos del anteproyecto:
- Te obligan a tener un plan para evitar el desperdicio, eso no es problema porque escrito o no, todos los negocios lo tienen.
- Obligan a los restaurantes a tener envases para que el cliente se lleve la comida, ahora que prohíben tener envases de plástico, veremos esto cómo se come, además el restaurante incurrirá en un gasto adicional que, esperemos que sean más productivo que los separadores que obligaron a instalar durante el COVID, días antes de decir que ya no eran necesarios.
- Otra perla, es obligar a las tiendas, a destinar los productos al consumo humano, donándolos a ONGs, bancos de alimentos y similares. ¿alguien que está proponiendo eso es consciente de la carga de documentos de trazabilidad, garantizar la cadena de frío, garantizar que el producto se conserva como corresponde hasta el consumo final, control de fechas de caducidad y consumo preferente, etc.?
Los que trabajamos en cadenas de distribución de alimentos sabemos lo extremadamente complejo que es garantizar la seguridad alimentaria en un sentido, desde la fábrica, pasando por almacén y llegando a la tienda. Sabemos que cuando hay una devolución al proveedor, o un traspaso entre tiendas, todas esas garantías van por el aire. Y ahora, bajo amenaza de sanciones brutales, crean un muerto, se lo pasan a los distribuidores y si no lo cumples, sanción.
En definitiva, una vez más, se les ve el plumero, como dice el refrán “siempre cree el ladrón que todos son de la misma condición”. Parten de la base de que todos somos como ellos, por tanto, nos llenan de nuevas cargas y nos amenazan con sanciones, que te pueden obligar a cerrar, tú ya maltratado negocio, tras 3 años de Covid y desastrosa gestión gubernamental.
Desde siempre, las empresas hemos trabajado en eliminar el desperdicio, ya que eso reduce el beneficio. Desde hace unos años, además, más de 700 empresas de fabricación y distribución se han adherido voluntariamente, a un programa para reducir el desperdicio alimentario y han conseguido rebajar el ya pequeño porcentaje que tenían, que para una empresa nunca es pequeño. Cada día se van adhiriendo más empresas y, a base de compartir buenas prácticas, vamos consiguiendo reducir más este desperdicio; pero claro, esto no les permite recaudar más, por tanto, tenían que sacar una nueva ley con más cargas, costes y sanciones, es decir, otro motivo más para sancionar.
Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG.
2 Responses
Muy interesante el artículo
El mayor problema es que ya ni reflexionamos
Estamos tan acostumbrados a necedades de la administración que ni nos inmutamos
Como nadie se moviliza la administración campa a sus anchas
El que venga luego debe tener un duro estómago ya le espera un arduo trabajo por delante
Apabullante lección de sentido común y sobre todo, de conocimiento de la cadena de suministros de alimentación y sus implicaciones operativas