“La crisis es siempre una oportunidad para empezar de nuevo”
Creo que con todo lo que nos está pasando deberíamos reflexionar sobre muchas cosas.
Si llegamos a alguna conclusión (¡a alguna supongo que llegaremos!), luego deberíamos ponerla en práctica y no hacer uso de esa típica y odiosa memoria de pez que tanto nos caracteriza y que hace que pronto se nos olvide todo.
Centrándome en el terreno empresarial, quizás, deberíamos analizar el tejido empresarial que mantenemos y la gran dependencia que tenemos del exterior (especialmente de Asía/ China)
Esta es una pregunta que se le formuló en rueda de prensa el 21/03/2020 a nuestro presidente. ¿Su respuesta? > Ninguna.
Es evidente que, al cerrar las fronteras de China, hemos tenido que parar gran parte de nuestra industria ya que han fallado los suministros. Alguien sugería buscar proveedores nacionales alternativos. ¿Ahora? ¿De dónde?.
¿Somos capaces de poder fabricar algo sin necesidad de recurrir a China? Respuesta: No
Desde hace muchos años hemos dejado que las factorías, nuestra industria, estén ubicadas en países asiáticos con el único argumento de costes (algo que debiéramos analizar en profundidad para así verificar mitos y realidades) y con el amparo de los grandes gurús defensores de las ventajas del libre comercio mundial.
Ese libre comercio que ha permitido a China, país ejemplo de virtudes democráticas, desarrollar su tejido industrial en detrimento de los países occidentales, al tiempo que ha permitido hacerse con la mayoría de sus deudas públicas, propiedad empresarial, incrementar su PIB y así poder destinar cantidades ingentes a su ejército, industria armamentística, … Todo ello sin dejar de lado la última pieza que le faltaba: telecomunicaciones (que tranquilidad me da esto de saber que ahora seremos espiados por estos sujetos que, a diferencia de los americanos, no tienen ningún tipo de control interno o externo)
Nos hemos convertido en un país, caso de España (el resto de Europa es similar salvo Alemania e Italia que exportan a China algún vehículo de lujo) en un país de servicios con una serie de características nada recomendables para ningún país. Enorme deuda pública y en manos del capital extranjero, especialmente China (lo que nos faltaba), con una balanza comercial deficitaria (por no decir ruinosa) y un sector turístico como principal fuente de divisas (sector que no sabemos cuándo resurgirá después de todo lo que está sucediendo), y a apunto que una de las medidas que debiéramos tomar todos es volcarnos en el turismo nacional.
Pasar el verano en Cuenca puede que no suene tan “chic” ni con tanto glamur como ir a la otra parte del planeta, aunque bien puede servir para que, a través de las redes sociales, (digamos a toda la humanidad lo bien que lo estamos pasando). Sin industria que destaque por nada, un país endeudado, nuestra vaca lechera del turismo hundida y un plan Marshall (con una orgía monetaria que traerá una importante inflación) que habrá que pagar, nos plantea un futuro un tanto oscuro:
¿Desarrollaremos una política industrial europea? ¿Dejará Europa de ser el títere de no se sabe ya quién?
¿Alguien se da cuenta del error al no tener determinados sectores estratégicos y/o no participar y dejar en manos extranjeras el desarrollo de las nuevas tecnologías?
Lo peor de todo es que, aunque se implante una política seria de industrialización seguiremos teniendo una mentalidad centrada en nosotros mismos.
Seguirá existiendo, tanto empresario como consumidor que preferirá comprar en China porque es más barato. Decisión que tomará desde una perspectiva individual nunca colectiva aun sabiendo que detrás hay una gestión de práctica esclavitud por no hablar de la inexistencia de políticas medioambientales, sanitarias, …
Lo haremos no sin criticar al gobierno por no apoyar lo nacional, el no consumo de productos nacionales, … Hacer lo que diga y no lo que haga. No construimos. Sólo criticamos. No hay sentimiento de nación y el “YO” es nuestro mantra.
Por eso, es el Estado Europa es quien debe “ayudarnos” a tomar estas decisiones.
Para poder analizar en profundidad cual debería una política de reindustrialización, así como el papel de los estados (español y UE) hemos generado una serie de artículos en los que se desarrollan los diversos aspectos de este proceso, comenzando por una revisión de nuestra historia más reciente para finalizar en la estrategia pública del fomento de la nueva industrialización pasando por el papel del Estado y el análisis de los distintos sectores productivos.
Con este PROLOGO, a modo de proemio, iniciamos la serie de artículos sobre estrategia industrial ante la crisis que serán publicados en este medio todos los miércoles. El índice de contenidos de dichos artículos es el siguiente:
Artículo 1: Breve repaso histórico
Artículo 2: El papel del Estado
Artículo 3: Análisis de la situación actual
Artículo 4: Políticas para el desarrollo futuro
Artículo 5: Sectores estratégicos en la Europa del futuro
Artículo 6: Proceso del cambio y conclusiones
Autor: Vicente Suarez, socio director en ILEspain y asociado a RALOG – Red de Ayuda Logística
No responses yet