Decía Pitágoras que “el orden de los factores no altera el producto” Pues como diría un buen gallego, “depende”.
Hace poco leí una encuesta, donde las empresas de logística consultadas aseguraban, con casi el 85%, que durante 2025 abordarán proyectos de automatización. Cuando escarbas un poco en los factores que impulsan esas opiniones, te acabas encontrando con el móvil final, el eterno deseo de reducir costes.
Hace mucho tiempo que venimos, desde estas páginas, abordando la necesidad de mecanizar los sobreesfuerzos en logística, lo que nosotros llamábamos dignificar el puesto de trabajo. Has leído bien, mecanizar no necesariamente es automatizar. Una cosa es tener transpaletas eléctricas para descargar un camión, sólo con el esfuerzo de mover un dedo y otra es un sistema de carga y descarga automático.
Tenemos una asignatura pendiente que, como no la aprobamos, cada vez se va haciendo más grande y grave, y es conseguir dignificar los puestos de trabajo de logística, especialmente el de preparador de pedidos y el de chofer, si queremos que este sector sea sostenible en el tiempo. La sostenibilidad no es solo proteger el medio ambiente, la sostenibilidad pasa también por proteger a las personas.
Que no nos pase como al gobierno, protegiendo plantas y animales, a costa de prohibir limpiar los cauces de los ríos y luego le moleste que, cuando hay una inundación nos ahoguemos y nos arruinemos, como nos ha pasado en Valencia.
Primero deben estar las personas y luego estarán las plantas y los animales. Si cambian el orden de los factores, se altera el producto.
Cuando leo que las empresas que van a invertir en automatizar sus procesos están hablando de nuevos sistemas de gestión de almacén y sistemas para hacer más eficiente el picking, veo que a la cabra le tira el monte, y seguimos poniendo primero los costes y luego las personas; las personas las vemos como un recurso que hay que reducir.
De nuevo, el orden de los factores altera el producto, por ejemplo, cuando hablamos de automatizar y pensamos en un sorter, ciertamente éste ahorra recorridos a las personas y las tiene quietas alimentando entradas y salidas de la cinta. Sí que evita recorridos, donde las personas aprovechan para descansar la espalda y lo cambia por estar continuamente haciendo más trabajo repetitivo.
A nivel de costes es más eficiente, otra cosa es a nivel de espaldas de personas. Si cambiamos el orden de los factores y pensamos primero en las personas, buscamos un sistema que elimine los sobreesfuerzos y utilice menos manos y más cerebro, el resultado es distinto, no buscaríamos un sorter, sino un sistema que elimine los sobreesfuerzos. Estos sistemas existen desde hace años, funcionan y son rentables. Es cuestión de ser conscientes de que, según el orden, primero costes y luego personas o, primero personas y luego costes, acabaremos en una automatización u otra. Esto no quiere decir que ancha es Castilla y no tengamos que sacar los mejores costes; pero sí que hay soluciones que, aunque se llamen automatismos, son “matapersonas”.
Como se acaba el año, quiero volver a recordar que nuestra responsabilidad es conseguir que las personas, puedan desarrollar su capacidad ilimitada, y que el sobreesfuerzo físico, la parte animal del ser humano, que la hagan las máquinas y nosotros nos dedicaremos a su mantenimiento. Hay máquinas que minimizan o eliminan los esfuerzos, si primero pensamos en las personas, buscaremos una solución distinta.
Como queremos que este sector tenga futuro (sostenible), tenemos que pensar que primero debemos hacerlo sostenible para las personas, y de paso atractivo a futuros candidatos, y además tenemos que conseguir los costes. Otra vez, EL ORDEN DE LOS FACTORES SÍ AFECTA AL PRODUCTO
Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG
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