“El coste de equivocarse siempre es menor al de no hacer nada”
Todo proceso a gran escala del análisis de valor es un sistema de acercamiento total al análisis de valor y por lo tanto requiere de un examen detallado de cada elemento de coste dentro del sistema y de una evaluación de la contribución de cada elemento al funcionamiento del sistema.
Comenzamos con la fórmula de análisis de valor tradicional, donde vemos: el valor de cada elemento de coste está determinado por la relación entre su funcionalidad y su coste. De manera que en este contexto se implica, que la contribución de cada elemento de coste al sistema total esta ponderado frente al coste de su disponibilidad.
Básicamente el proceso a gran escala del análisis de valor aspira a la mejora del beneficio a través de la reducción de costes sin reducir la funcionalidad como parte de un producto de calidad, lo cual sin duda incrementa su valor.
Durante el análisis de funcionalidades y costes experimentamos a menudo, que las funcionalidades pueden ser incluso mejoradas, a un coste más bajo, lo cual nos da un incremento mayor de su valor.
También existe un acercamiento de cierto riesgo o con opciones de bajo riego que son aceptadas, donde las funcionalidades son incluso reducidas dentro de un nivel de calidad aceptable para alcanzar considerables ahorros de costes.
En base a ello proponemos la siguiente tabla donde vemos las distintas formas de aumentar el valor, vía reducción de costes o vía valor añadido.
Los procesos modernos del análisis de valor a gran escala, ponen el acento en añadir más valor, lo cual puede ser alcanzado bien incrementando la funcionalidad al mismo coste o incluso con un coste mayor.
Añadir valor es preferido a la reducción de coste porque este aspira a un plazo más largo, a alcanzar mayores cuotas de mercado en lugar de mirar al beneficio a corto plazo como se hace con la reducción de costes.
Dentro del mundo del sector de bienes de consumo rápido (FMCG), al que nos referimos, el valor incrementado de cada elemento de coste debe estar enfocado sobre el producto total, porque el consumidor esta solo interesado en la funcionalidad total del producto y en su calidad percibida para satisfacer sus necesidades. Esta relación al precio, es la que está dispuesto a pagar, y no un céntimo más.
De aquí derivamos las siguientes fórmulas:
Donde en la relación 1 el valor del consumidor es igual a la calidad percibida en relación al precio y lo maximizamos en la relación 2 al relacionar el valor máximo del consumidor con la calidad percibida en relación al coste.
Por lo tanto, los equipos modernos para el desarrollo de análisis de valor a gran escala se concentran más en el Valor del Consumidor como un exponente de su percepción de calidad en relación al precio o coste influenciable, definiendo este como; el Precio menos el Margen de Contribución.
Por supuesto, el Valor con mayúscula debe ser visto como un valor en el lineal, cuando el análisis de valor está concentrado en relación al comercio, también llamado elementos de costes del consumidor y donde las funcionalidades están determinadas por las propias necesidades del comercio y del consumidor.
En resumen, podemos concluir que todo proceso de análisis de valor a gran escala ha sido actualizado a través de los años parcialmente debido al Análisis de Valor, pero poniendo más acento sobre nuevas e innovativas formas de incrementar la calidad y/o funcionalidad del producto, más que en la pura reducción de costes y así en esta forma y manera explicadas creamos el Valor Añadido.
Autor: José-Luis Galiana, Presidente y Fundador de RALOG – Red de Ayuda Logística
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