En la fabricación y la distribución, casi todas las empresas se han lanzado usar menos plástico y a reutilizarlo. Casi todos están sustituyendo las bolsas de camiseta de las cajas, por bolsas de plástico reutilizado. Los fabricantes cada vez nos anuncian más la sustitución de sus envases de plástico por otros del mismo material; pero con un porcentaje de reciclado. El gobierno ha visto tajo, y ha decidido gravar el uso de plástico no reciclado. Poco a poco, vamos usando más energía procedente de fuentes limpias y casi todos nos esforzamos en consumir menos agua. Hay más anuncios que realidades y muchos fían a dentro de 10, 20 o 30 años todo será maravilloso. “El que esté entonces aquí que reme”.
Por desgracia seguimos funcionando más por el palo y zanahoria que por convicción. Los impuestos y subvenciones nos hacen andar; pero nos falta medirnos por ello, y tener que cumplir el objetivo por el que nos medimos, no sólo anunciar para un futuro lejano, donde seguramente el anunciador ya no estará para dar cuenta de los resultados. Lo que no se mide no se mejora, esto lo sabemos bien los que trabajamos en logística, sólo hay que repasar nuestros indicadores.
Un ejemplo, de esta incoherencia, es que anunciamos la eliminación de las bolsas de las cajas y cuando compras la fruta y la verdura, hay barra libre. Seguimos usando sobre embalajes innecesarios porque el envase sigue siendo parte del marketing. Debe haber una verdad universal que dice que “si el envase es más caro, lo que va dentro es mejor”.
Esto se ha agravado con la pandemia, decimos que eliminaremos plásticos y usamos guantes de plástico, como si no hubiera un mañana y nosotros los tiramos en cualquier sitio.
Cualquiera de nosotros puede comprobar fácilmente, cuando llega a casa, de lo que hablo, cuando has colocado la compra, tienes que bajar varias bolsas de embalajes, que no sirven para nada, ocupan mucho espacio, cuestan muchos céntimos y contaminan mucho. Podríamos seguir, con los fabricantes de productos de limpieza usan plástico como envase y apenas han desarrollado los concentrados o ultra concentrados en pastillas.
Esta es una gran asignatura pendiente y cada uno de nosotros bebemos agua embotellada en plástico, extraída de un manantial que está a cientos de kilómetros.
Lo último es el boom de la compra on line, además del despropósito de coste de consumo de recursos por paquete, que no hace falta haber obtenido el doctorado en economía como el presidente, para saber que es una aberración, cualquiera de nosotros, sólo tiene que ver la cantidad de sobre embalajes que lleva cada producto que nos traen a casa.
Imaginaros si aplicáramos aquí los criterios de coste del metro cubico transportado, coste por metro cúbico manipulado o habláramos de grado de coeficiente de apilado. Se nos iban a saltar las lágrimas.
Hace años me dijo, un gran maestro en logística, Pepe Romo, que: “los mejores ecologistas somos los logísticos”. Nos preocupamos de quitar embalajes innecesarios, no transportar aire, recoger envases y desperdicio con la logística inversa y reutilizar todos los recursos. Lo hacemos SIEMPRE, con modas y sin modas. Lo hacemos mucho antes de que apareciera la ecología o la economía circular, porque lo tenemos dentro de nuestros objetivos anuales, nos medimos y cobramos por ello. Están bien las modas; pero mejor está DIME POR QUÉ ME MIDES Y TE DIGO CÓMO ME COMPORTO.
Autor: José Ramón Illán, cofundador de RALOG – Red Ayuda Logística
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