En RALOG, dentro de los cursos que impartimos hay uno dedicado a cómo mejorar los procesos en la cadena de suministro. Cuando empezamos, a los alumnos les hacemos la pregunta de ¿Cuál es la mejor forma de mejorar un proceso?, en seguida nos sale la vena Ingenierística o de Leanística (palabros), con todas sus variantes, y empezamos con aquello de reingeniería, mejora continua, Métodos Lean, etc.
Afortunadamente, en cadena de suministro, somos muchos los torpes que no estudiamos ingeniería de procesos y como no sabemos más, la mejor forma de mejorar un proceso es eliminarlo. Un servidor, lleva muchos años trabajando en mejoras de procesos y siempre me hago la misma pregunta por qué, por qué, por qué… y si no hay una explicación científica del por qué se hacen las cosas de un determinado modo, y como no somos hijos de la Gran Bretaña, no necesitamos respetar las tradiciones y por tanto nos sirve como excusa “que siempre se ha hecho así”. Ni mejora continua ni flores, sencillamente lo eliminas y mejoras los costes de la cadena.
Estamos implantando en una empresa un sistema de Recursos Humanos donde uno de los requisitos para promocionar es que la persona en cuestión nos proponga cómo amortizar su puesto de trabajo, si es capaz de mejorar el proceso, amortizando su puesto y su función, tiene muchos puntos para subir en el escalafón. De esta forma estamos consiguiendo resultados excepcionales. Imaginaros si lo implantáramos en el gobierno.
Afortunadamente los clientes, que suelen ser más listos que nosotros, lo hacen cotidianamente. Visitando una tienda, vi que hacemos más complejo el proceso de producción poniéndoles un adorno a unas botellas y el cliente, que sabe más de mejora de procesos que nosotros, elimina esa parte del proceso y evita transportar a su casa, algo que sabe que va a destruir posteriormente. En este caso los clientes han tachado uno de los subprocesos y han decidido no transportar nada que no añade valor y va a la basura rio abajo. Imaginaros, si esto lo introducimos como principio básico en la cadena de distribución. ¡Cuánto transporte dejaríamos de hacer y cuánto nos ahorraríamos!
Otra provocación que hago para que nos incite a mejorar un proceso es que cuando lo has diseñado y dibujado, se lo expliques a tu mascota y esta tiene que entenderlo. Sólo tienes que imaginarte a tu gato viendo el proceso que has diseñado, tanto físico como administrativo, para ver que tienes muchas cosas que eliminar y las que te queden, entonces sí, hacerlas más eficientes.
Autor: Jose Ramón Illan – Vocal de RALOG – Red de Ayuda Logística
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