Desde que el bipolar Trump anunció, con su tablilla de mercado, los aranceles con que nos iba a castigar, todo nuestro mundo se tambaleó, no voy a repetir las consecuencias que ello implicará, si al final se lleva a cabo, hay muchos expertos hablando sobre ello y, con este sujeto, no sabemos cómo va a terminar.

Lo que nos sorprendió es la rapidez con la que Sánchez reaccionó, nada que ver con la DANA de Valencia, incluso con la campaña publicitaria que nos presentaron inmediatamente, defendiendo que “nuestros valores no están en venta”. Cada vez me recuerda más a las campañas propagandísticas simplistas de la época de Franco, su obsesión. El gran anunciador, como es habitual, prometió, una lluvia de millones, como ha hecho tantas veces, o si no, que nos lo diga a los valencianos, todavía estamos esperando los millones prometidos tras la DANA, o a los damnificados por los incendios, o a los del volcán de la Palma…. Sus anuncios siempre quedan, como todo lo que dice, en mentira. Con las prisas, hasta prometieron partidas que ya están comprometidas anteriormente. Los fondos Next Generation salen en cada una de sus promesas, deben ser como los chicles.

Por otro lado, a la Unión Europea, no se le ocurre otra idea más brillante que reaccionar con otra batería de aranceles, como si esto fuera un duelo de pistoleros en Ok Corral.

Quiero hacer dos reflexiones:

  1. Si al final los aranceles van adelante, además de los contra-aranceles y las subvenciones ¿No se nos ocurre que puede ser otra oportunidad de mejorar nuestros costes para seguir siendo igual, o más, competitivos? Poner contra-aranceles solo va a servir para aumentar los costes, la inflación, hacernos menos competitivos y más pobres. Las subvenciones, en este país especialmente, ya sabemos para lo que sirven: chiringuitos, enchufes y corruptelas, si no, que nos lo expliquen Ábalos y Begoña.

    Los que trabajamos en empresas privadas, y tenemos que dar resultados positivos, para poder reinvertir, pagar sueldos, dividendos y sobre todo, más impuestos, sabemos que cada vez que nos ponen un “arancel”, ya sea: impuestos, trabas administrativas, tasas, reducción de jornada, bajas laborales, aumento de cuotas sociales, aumento de absentismo…. Pasado el primer momento de cabreo, donde te dan ganas de mandarlo todo al carajo, cerrar e irte, como la mayoría, a comer de la sopa boba, nos recuperamos, y a base de mejorar procesos, eliminar ineficiencias y trabajar más, sobre todo lo último; salimos adelante, y al final conseguimos, los que sobreviven, absorber el sobrecoste. ¿Por qué ahora no hacemos lo mismo? Si me ponen otro arancel, la pregunta no es ¿Cuál le voy a poner yo?, la pregunta debería ser ¿Qué voy a hacer para ser más competitivo?

  2. Los aranceles de verdad son los del gobierno de Sánchez, que nos ha subido más de 100 impuestos, tasas y cotizaciones. Desde que llegó al poder, en España, la carga fiscal ha subido 2 puntos del PIB mientras que, en el mismo período, la Unión Europea lo ha bajado en 1, y como vamos tan sobrados, ahora nos van a obligar a hacer reducción de jornada laboral, en contra de los que tenemos que soportarla y pagarla y mientras, todas las empresas públicas que gestionan, donde colocan a sus amigos, sin más mérito profesional, o intelectual, que ser sumisos al presidente, están dando pérdidas multimillonarias, y no pasa nada, recuerda “estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie”.

Como conclusión, la pregunta no es qué paguita (ayudita) me vas a dar si Trump nos sube los aranceles, sino, qué vamos a hacer para mejorar nuestra competitividad y, deja de preocuparte por Trump y sus ocurrencias bipolares, y ocúpate de los aranceles que nos ponen, día tras día, los ineptos que tenemos aquí, que, desde hace años, nos hacen perder competitividad, no sólo con Estados Unidos, sino, lo que es más grave, con nuestros vecinos europeos y con el resto del mundo, que es donde van a parar la mayoría de nuestras exportaciones. Entonces ¿ARANCELES? ¿QUÉ ARANCELES?

Con la edad, uno va aprendiendo, y cada vez tiene más claras, unas pocas cosas, esto es otra cortina de humo para tapar las vergüenzas de Sánchez; los verdaderos aranceles son las más de 100 subidas de impuestos, por ahora, que nos han “clavado” desde que llegó. Qué bien les ha venido Trump y sus ocurrencias.

Autor: Jose Ramón Illán. Vocal de RALOG.

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