“Planificar es traer el futuro al presente para llevarlo a cabo”
Según se define en el diccionario de “The Association for Supply Chain Management” (APICS Dictionary), la demanda es una necesidad para un producto o componente. Puede ser una orden de cliente, una previsión, un requerimiento de una fábrica o de un almacén para un proceso de producción o que forma parte de algún servicio.
Sin duda, todos tenemos muy presente que es demanda, pero su definición entraña en sí mismo un problema dependiendo en que posición de la cadena de suministro nos encontremos, como veremos a continuación.
El intercambio de productos (en cualquiera de sus estados) entre empresas que se encuentran conectadas a través de cadenas de suministro comunes se ha extendido de forma exponencial fruto de la globalización de los mercados. La Empresa A solicita material a la Empresa B, y esta a su vez a la C y esta puede ser que solicite producto a una Empresa D. Todas suministran, todas demandan. TODAS son clientes y proveedores a la vez. Al final (o al principio) está el consumidor, el factor imprescindible para empujar el engranaje invisible que mueve la cadena de suministro.
El concepto de planificación de la demanda se ha convertido en un proceso de máxima importancia como elemento vertebrador del flujo de producto entre el suministro (proveedores, fábricas) y la demanda (consumidor, cliente). Todas las empresas que gestionan inventarios necesitan un conjunto de informaciones y datos (objetivos y subjetivos) para determinar qué cantidades deben adquirir (o fabricar) en un periodo de tiempo para atender la demanda requerida por sus clientes o consumidores. Y no es una cuestión relacionada con el tamaño de la empresa. Erróneamente se piensa que es solo una cuestión a resolver por empresas de gran tamaño. También involucra a empresas de tamaño mediano y pequeño.
Por lo tanto, es muy interesante situar la planificación dentro de la estructura empresarial. No está claro si es parte de la logística, de compras, de la cadena de suministro o de un área comercial. Su desarrollo como actividad diferenciada del resto es muy reciente y en la mayoría de las empresas se sitúa bajo la supervisión de la cadena de suministro.
Pero este hecho no está generalizado ni es unánime. Bien es cierto que las grandes empresas que desarrollan su actividad de forma multinacional o con estructura internacional han decidido que se encuentre dentro del área de cadena de suministro, pero con un enfoque muy transversal sobre todo desde la aparición del concepto Sales & Operation Planning (S&OP) y su desarrollo más o menos extenso en las organizaciones.
Debemos tener claro que la planificación de la demanda es una actividad que se nutre de otras áreas, sobre todo en forma de datos. Por lo tanto, definir e insertar correctamente la planificación de la demanda en la estructura de nuestra empresa es la primera gran tarea que debemos de abordar.
- ¿Cuál es el significado de la planificación de la demanda en nuestra organización?
- ¿Está realmente alineada con los objetivos de la cadena de suministro?
- ¿Conoce el resto de la empresa nuestra labor?
- ¿Está la dirección de la empresa comprometida con nuestro cometido?
Definamos la planificación de la demanda como el conjunto de acciones empresariales necesarias estimar las cantidades de demanda futura para aprovisionarse de producto a uno o varios centros de consolidación o almacenaje y cuyo objetivo principal es crear y mantener el nivel de inventario adecuado para atender la demanda en un periodo de tiempo determinado. Ese conjunto de acciones y su grado de coordinación/madurez van a definir el estado de la Planificación de la Demanda en nuestra organización.
La planificación debe buscar el óptimo balance entre la satisfacción de la demanda (cualquiera que sea el demandante) y la capacidad de suministro que tengamos definida para satisfacerla. Bien puede ser nuestra propia fábrica o proveedores externos.
Como se puede deducir de la definición anterior, la planificación de la demanda no es una cuestión de simples tareas basadas en una hoja de cálculo para obtener unos resultados en previsiones y aprovisionamientos poco fiables y/o inconsistentes. O un conjunto de acciones individualizadas y desconectadas que no comparten objetivos comunes. Es un asunto estratégico que involucra a personas, departamentos, procesos, tecnología y datos. Y sobre todo debe tener como gran objetivo convertirse en un centro de valor capaz de generar beneficios a empresa.
Por último, debemos hacer hincapié en uno de los elementos más importantes para desarrollar adecuadamente la planificación: Los datos. Así de simple y de complejo.
Los datos son cada vez más necesarios para desarrollar la inteligencia de negocio aplicada a la planificación. Sin una correcta estructura, cantidad y calidad de datos, es prácticamente imposible construir un proceso de planificación.
Y me refiero a la escasa capacidad de las empresas para obtener información relevante y de calidad tanto de fuentes internas como externas que sirvan de base para construir un proceso completo y eficaz de planificación.
Este articulo forma parte del contenido de la guía practica para diagnosticar el estado de la planificación de la demanda que el autor va a comercializar en breve plazo a través de la página web de: https://ralog.es
También, y de forma inédita, el autor será ponente junto a otros colegas en el RALOG Webinar series “Planificación de la demanda, retos y oportunidades” previsto para el martes 26 de octubre 2021 a las 18:30 vía Zoom Pro, al cual están invitados.
Autor: Victor Felipe, experto logístico en planificación de la demanda y asociado a RALOG – Red de Ayuda Logística.
No responses yet